¿Deben obligar a vacunarse contra covid-19?

Autor
HERNÁN QUEZADA SJ

Fecha

25 de enero, 2022

COLUMNA DE HERNÁN QUEZADA SJ*

Es tema de debate público obligar o no, a vacunarse contra el COVID-19. De esta polémica se desprende otra: la aplicación de restricciones a quien decide no hacerlo, como sería el caso del tenista serbio Djokovich, reconocido antivacunas que protagonizó un conflicto de escala internacional.

Países como Francia, se inclinan a la aplicación de medidas restrictivas hacia los no vacunados, mientras que, en México, las políticas públicas parecen ni siquiera reflexionar el tema de obligaciones y restricciones.

Cuando elegimos algo importante, como sería el caso de vacunarse, es necesario un discernimiento ético; es decir, tenemos que buscar no lo bueno, sino lo que es un bien para mí y para la humanidad.

Recibir un pinchazo en el que se nos inocula una vacuna, que probablemente nos provocará reacciones secundarias, para ninguna persona es motivo de alegría. Pero junto con el pinchazo también se nos inocula la posibilidad de salvar la vida propia y la ajena. Entonces, el acto de vacunarse o no adquiere un sentido de responsabilidad.

Las instituciones e instancias que nos prometen las bondades de la vacuna no gozan de toda autoridad y credibilidad, y eso causa desconfianza. No vamos por la vida aceptando todo lo que se nos plantea como bueno, ni todo lo bueno nos resulta un bien. Formamos nuestra conciencia adquiriendo información.

En esta "era digital”, estamos sumergidos en un mar turbio de información y opiniones, en donde no resulta fácil encontrar la verdad ni saber en quién podemos creer. Cantidades de datos se despliegan en nuestras pantallas y nos llenan de información, al grado que ha sido llamada la otra pandemia: la infodemia.

Somos personas libres, y este asunto de la libertad es fundamental en este debate. La libertad nos constituye humanos, pero en tanto libertad es siempre de hombres y mujeres en relación, nunca es una libertad de un individuo aislado. Quien busca la libertad como fin individual para tener derecho a todo, sin límites, puede terminar esclavo de su propio deseo y dejar de ser libre.

Recibir un pinchazo en el que se nos inocula una vacuna, que probablemente nos provocará reacciones secundarias, para ninguna persona es motivo de alegría. Pero junto con el pinchazo también se nos inocula la posibilidad de salvar la vida propia y la ajena. Entonces, el acto de vacunarse o no adquiere un sentido de responsabilidad.

Las instituciones e instancias que nos prometen las bondades de la vacuna no gozan de toda autoridad y credibilidad, y eso causa desconfianza. No vamos por la vida aceptando todo lo que se nos plantea como bueno, ni todo lo bueno nos resulta un bien. Formamos nuestra conciencia adquiriendo información.

En esta "era digital”, estamos sumergidos en un mar turbio de información y opiniones, en donde no resulta fácil encontrar la verdad ni saber en quién podemos creer. Cantidades de datos se despliegan en nuestras pantallas y nos llenan de información, al grado que ha sido llamada la otra pandemia: la infodemia.

Somos personas libres, y este asunto de la libertad es fundamental en este debate. La libertad nos constituye humanos, pero en tanto libertad es siempre de hombres y mujeres en relación, nunca es una libertad de un individuo aislado. Quien busca la libertad como fin individual para tener derecho a todo, sin límites, puede terminar esclavo de su propio deseo y dejar de ser libre.

La libertad humana es siempre ética, en relación con el bien; no somos "libres” para hacer lo que sea, como: matar, arrebatar o abandonar. La libertad la ejercemos en nuestra conciencia, espacio íntimo y sagrado en donde elegimos. Pero la conciencia puede estar desinformada o confundida por el miedo o las pasiones; así no estamos eligiendo con libertad.

Hablemos de "obligar”, esto siempre será violento, pues tensa la libertad, y la violencia nunca será la ruta para ayudar a establecer la verdad, la justicia o la paz.

Soy un convencido de las vacunas, me vacuné y recomiendo hacerlo. Mi elección fue fruto de un ejercicio de discernimiento personal, para el que me procuré información. Mi decisión en tanto libre y en búsqueda de obrar el bien para mi y los demás, fue una valoración ético-moral. Hay que procurar que todas las personas puedan acceder a estos nuevos datos y promover que elijan.

El Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad y la salud de la ciudadanía, tiene el deber de procurar el bien común. Las elecciones personales deben ser respetadas, pero cuando éstas van en contra de la evidencia científica y ponen en riesgo la seguridad de la mayoría, nos plantean un nuevo debate sobre límites, libertad, responsabilidad y derechos. Este debate no debe darse por sentado. En el caso de las restricciones nos encontramos con valores en conflicto y requerimos de un ejercicio de discernimiento ético: ¿Qué valor debe prevalecer sobre los otros en un momento de crisis? Esta es una tarea pendiente del Estado mexicano, que ha de convocar a voces acreditadas para llegar a medidas justas para todas y todos. Médico, teólogo moral y sacerdote jesuita.

*Asistente de Formación de @jesuitas_mexico @hernan_quezada

Columna para:

https://www.milenio.com/opinion/hernan-quezada-sj/columna-hernan-quezada-sj/deben-obligar-a-vacunarse-contra-covid-19