Universidad Iberoamericana León

Se abre paso en el cine la egresada de la Ibero León, Fernanda G. Estrada

Autor
Comunicación Institucional

Fecha

13 de agosto, 2025

Fernanda G. Estrada se abre camino a paso firme en la cinematografía. La egresada de la Universidad Iberoamericana León de la licenciatura en Diseño Digital Interactivo, generación 2019, recientemente estrenó su cortometraje ‘Mala mía’ en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) y está por comenzar la filmación de ‘Los días que no se hablan’.

‘Mala mía’ surgió como proyecto del Máster en Dirección de Cine que recientemente concluyó en España. Es la historia de ficción que retrata la vida de una mujer puertorriqueña que vive en Barcelona, en la cual la exIbero aborda las vicisitudes que atraviesan las personas migrantes al adaptarse a los lugares que llegan: diferencia de idioma, brecha cultural, trabas burocráticas e inestabilidad financiera.

Así es como ‘Mala mía’ revela algunos de los temas que le interesa retratar a la exIbero en sus historias, tales como la migración, la familia y el arraigo al país natal. El corto formó parte de la Selección Oficial Guanajuato del GIFF en su más reciente edición. En esa categoría, el certamen presenta títulos de directores y directoras originarias del estado.

 

 

De regreso en León, la cineasta está por filmar otro cortometraje de ficción, ‘Los días que no se hablan’, cuyo guion fue uno de los cinco ganadores de la convocatoria de IMCINE ‘Nárralo en primera persona: sororidad y resiliencia’.  Con este concurso, la Secretaría de Cultura, a través del IMCINE, pretende alentar a las mujeres a que manifiesten lo que sienten, piensan y viven en carne propia en situaciones en las que han tenido que demostrar su sororidad y resiliencia –a veces con la familia, en el trabajo o en la calle– y que les permite salir adelante.

En ‘Los días que no se hablan’, Fernanda presenta a una niña de 12 años que trabaja en una taquería para ahorrar dinero a fin de viajar a donde se desarrolla un concurso de declamación en el que quiere competir; sin embargo, en el proceso, la niña experimenta acoso y hostigamiento por parte de un adolescente que también trabaja ahí.

“Me inspiré en mi mamá, en pláticas y recuerdos. De niña, tuvo que trabajar porque siempre fue muy movida, pero también porque le ayudaba a su familia, y me pareció interesante abordar el hostigamiento desde la infancia porque es conocido que hay infancias que trabajan (…) Transcurre en un día en el que el hijo del taquero regresa a trabajar y con la niña empieza a tener comentarios como ‘Estás muy bonita’, ‘Te ves más grande’. Es la parte sutil y normalizada de que alguien le diga eso a una niña (…) Mi mamá me platicaba esas interacciones y, al verlo a la distancia, 30 años después, sabemos que no estaban bien esos comentarios y que se normalizaran. Es un tema que no lo hablamos porque hasta años después eres consciente de eso, de ahí viene el título”.

La producción de ‘Los días que no se hablan’ es posible gracias a que el guion fue seleccionado por el Programa de Fomento al Cine Mexicano (FOCINE), el cual incentiva el cine de calidad, diverso, plural, incluyente, con igualdad de género y responsable con el entorno.

La filmación se realizará del 17 al 22 de agosto en Los Olivos y La Merced, colonias donde creció Fernanda, con un equipo de producción local puesto que la cineasta está convencida del talento que hay en la región y también como una apuesta por descentralizar de la Ciudad de México la producción cinematográfica. 

 

“Queremos cambiar la industria”

Debido a que en ‘Los días que no se hablan’ participa una niña actriz, Fernanda quiso incorporar en su producción un puesto novedoso en la industria: Coordinación de intimidad. La coordinadora o coordinador de intimidad se asegura de que, en los rodajes, sobre todo cuando hay escenas íntimas, prevalezca un ambiente seguro y respetuoso para todas y todos los involucrados. Esto se extiende hacia todo el equipo de producción, no sólo se cuida a actores y actrices.

“La industria del cine –a pesar de ser un arte y de que trabajamos desde el arte y el amor–, suele ser un espacio hostil por el tipo de trabajo que es, por los tiempos, etcétera. Se están buscando formas de que dejen de ser espacios hostiles y se están buscando formas de que todo sea más amigable”, comparte la exIbero.

 

“Para mí es muy importante volver y hacer proyectos acá”

La formación ignaciana que recibió Fernanda en la Universidad Iberoamericana León –asegura– la ha llevado a conducirse con valores como la libertad de expresión, la solidaridad y el humanismo. Considera que esto se ve reflejado en las historias que le interesa contar, pero también con su interés por volver a su ciudad natal y desarrollar proyectos locales.

“Soy muy consciente de que me ha costado poder dedicarme al cine, por eso quiero volver y traer oportunidades o ayudar a que se abran caminos, porque alguien también las abrió para mí (…) Mas allá de las historias, ¿cómo me gustaría hacer mis proyectos? Quiero que sean locales, cuidar a la gente. He sido muy consciente desde mi formación en casa, pero, al estar en una universidad que me pedía pensar en lo social y en mi contexto, me ha ayudado a seguir por ahí en mis decisiones y acciones”.

Desde pequeña, Fernanda era observadora, incluso se sentía como una observadora externa a su entorno, era curiosa y le gustaba ver cómo se comportaba la gente. Eso y tener el impulso de su papá quien le recomendaba películas, indudablemente comenzó a trazar su camino hacia el séptimo arte. Más adelante, ya como universitaria, al hacer sus prácticas profesionales e involucrarse en sus primeras producciones, descubrió que podía hacer del cine una forma de vida.

¡Enhorabuena, Fernanda! Eres un Orgullo Ibero. Confiamos en que tu curiosidad e ímpetu te llevarán a seguir contando a través de la pantalla historias inspiradoras y motivantes.