Entender el legado jesuita, no está en chino

Autor
Comunicación Institucional/ con información de María José de Anda, estudiante de comunicación

Fecha

18 de enero, 2019

El legado del jesuita Matteo Ricci, se compartió en el Seminario "Historia del Pensamiento Ignaciano", que imparte el Mtro. Rafael Ignacio Rodríguez Jiménez S.I.

Fue la primer conferencia del año, una cita que tiene lugar en miércoles una vez al mes, en el Aula Ignacio Ellacuría S.J., esta semana tocó el turno de conocer sobre "Matteo Ricci, un Jesuita en el Imperio de China".

El Padre Ignacio Rodríguez narró la travesía de la Compañía de Jesús a lo largo de la evangelización en el imperio Chino; en particular la vida del misionero Matteo Ricci, quien tuvo una participación destacable en esta zona del continente

Hizo énfasis en que la evangelización era simplemente una invitación a la fe, no una imposición, y Ricci se destacó como misionero por su estrategia que se explicaba con la siguiente frase "entrar con la suya, para salir con la mía".

Aún como estudiante, en agosto de 1582, Matteo Ricci llegó a China por petición de Alessando Valignano y juntos comenzaron su misión. Conscientes de que aprender el idioma, mostrar una actitud de respeto por la cultura y los valores del pueblo chino, era fundamental.

Ricci hizo importantes contribuciones al concepto de misión: dialogó desde la fe con los valores del confusionismo, utilizó la ciencia como un enlace para invitar a la fe; se hizo uno de ellos. "Por todas partes tengo muchos amigos a tal grado que no me dejan vivir y todo el día estoy en las salas respondiendo preguntas", decía Ricci de su labor de inculturación y comunicación del evangelio.

Matteo Ricci siempre encontró métodos efectivos e innovadores para acercarse y comunicarse con el pueblo. Al enterarse que los mapas eran de interés común entre los chinos, creó un mapamundi en el centro del Imperio, esto fue un éxito rotundo, y como estrategia, añadió inscripciones religiosas a los mapamundis.

Con su invitación constante a la fe y a dialogar, avanzó en su propósito de evangelizar. Él soñaba con tener una plática con el emperador y, finalmente, gracias al éxito de sus mapamundis, el emperador le solicitó que hiciera unos para él.

Matteo Ricci falleció en mayo de 1610 antes de ver terminada su labor; "en muchas ocasiones el trabajo de los jesuitas consiste en iniciar procesos sin ver los resultados", reflexionó el Mtro. Rafael Ignacio Rodríguez en su ponencia.

Para concluir, se hizo la invitación al nuevo seminario en el mes de abril sobre la participación de los jesuitas en la revolución mexicana. Un espacio que se suma a este esfuerzo de compartir con la comunidad universitaria, el legado, la historia de la Compañía de Jesús.