En los campos del Norte

Autor
Comunicación Institucional

Fecha

29 de enero, 2018

Jornadas extenuantes, pagos injustos, trato abusivo, son las condiciones de trabajo que padecen nuestros paisanos en Estados Unidos y que son retratadas en el Libro "En los campos del norte" del fotoperiodista David Bacon.

La Iberoamericana León formó parte de la gira por nuestro país del activista, quien compartió su trabajo por al menos dos décadas. Un texto bilingüe editado por el Colegio de la Frontera (Colef) y por la Universidad de California, en un esfuerzo por hacer visible las condiciones y abusos a los que siguen sometidos los trabajadores en el campo estadounidense.

David Bacon, originario de California, se ha dedicado a documentar las condiciones de la fuerza laboral en este contexto, su impacto en la economía global, y la lucha por los derechos humanos de los trabajadores del campo.

El Doctor John Nowell, académico de la Ibero León fue el primero en comentar la obra de Bacon, calificó la experiencia de leer y de ver las gráficas de David como algo "bastante fuerte", tenía que cerrar el libro de vez en vez, agobiado por ver las condiciones que se pueden resumir como esclavizantes. Le hizo recordar la situación de los esclavos antes de la Guerra Civil de Estados Unidos, y consideró que en muchos aspectos, los migrantes están peor".

"Y al menos hubo una guerra y liberaron a esos negros, pero no veo en el futuro nada favorable, y peor ahora por el clima generado por Trump", lamentó. Les toca a ustedes las nuevas generaciones, pugnar por un cambio.

Del texto compuesto por 302 fotografías y narrativas de personajes, John Nowell rescató la interculturalidad que se ha tenido que dar como el caso de Raymundo Guzmán un rapero mixteco, que nació en Oaxaca, vive en California, no hablaba ni español ni inglés cuando llegó a California, a los 3 años de edad; hoy quiere ser rapero y su modelo aspiracional es un afroamericano de Estados Unidos.

El libro cuenta el caso de José Cuevas, originario de León, con 38 años de edad, tiene 9 años trabajando en el campo de California, ya tiene 5 años sin regresar a su tierra que dejó para buscar mejores condiciones (aquí trabajaba en una fábrica de calzado, en jornadas de 10 horas y un sueldo de mil 100 pesos semanales).

Su situación laboral no ha cambiado mucho, pero al menos aquí su hijo cursa la universidad, se prepara para ser psicólogo. "José sigue sacrificando su vida, pero al menos su hijo no lo hace", podrá aspirar a algo mejor.

Laura Gómez, activista y colaboradora en la Red de Apoyo al Migrante del Bajío, coincidió en que el libro es impactante, y retrata lo que tanto le describen los migrantes, "ve ese gallinero, pues está mucho mejor que el lugar en el que duermo allá", relata con un nudo en la garganta.

"Las imágenes me mostraron lo que tanto me relataban los migrantes, yo no veía la dimensión, muchas de las imágenes a mí me han impactado".

Coincide en que los jornaleros son los esclavos de este momento, porque su paso puede ser incluso por la vía legal pero las condiciones de trabajo no son nada buenas. "Hemos tenido casos de gente a la que los patrones les recogen sus papeles, les piden las escrituras de su casa, entonces allá no ven la manera de escaparse".

Avances y retrocesos

Con décadas de conocer y luchar por los derechos de los migrantes, David Bacon considera que "han mejorado condiciones, en ciertos aspectos avanzamos, en otros retrocedemos".

En la balanza, se encuentran aspectos positivos como el trabajo y preparación de las organizaciones civiles que defienden a nuestros paisanos, sin embargo, lo negativo también se sostiene y empeora: demográficamente el fenómeno cambió, antes llegaban más personas de los estados del centro de México (Guanajuato, Michoacán, Zacatecas) y ahora llegan más personas de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, en su mayoría son indígenas.

Los abusos persisten, se les paga el 5% del valor del producto que trabajan (reciben 20 centavos de dólar por una canasta cosechada, misma que es vendida a 4 dólares en los supermercados), también sufren humillaciones.

De los riesgos ni hablar, "no se trata de construir un muro, el muro se lo brinca la gente y listo, el peligro es la patrulla fronteriza que se ha reforzado, por tanto, la gente busca cruzar por lugares más riesgosos y mueren, cientos de personas pierden la vida en su intento de llegar a Estados Unidos", lamentó.

Estamos en lucha, tenemos a Trump - Presidente de EU-, y eso lo hace más difícil, pero respondemos con más trabajo, con más acciones, como este libro nos invita a reaccionar, a levantar la voz, concluyó.