Acompaña ExIbero Ángela Martínez misión de buscadoras en congreso de Naciones Unidas

Autor
Comunicación Institucional

Fecha

23 de enero, 2025

Ángela Aranzazú Martínez Acuña, egresada de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad Iberoamericana León, participó en el 1er Congreso Mundial sobre Desaparición Forzada en Ginebra, Suiza, dando acompañamiento y representación a madres mexicanas de personas desaparecidas.

El encuentro se desarrolló el 15 y 16 de enero en el Centro de Conferencias de la ONU. Ahí, la activista sirvió de enlace con personas funcionarias para entregarles fichas de búsqueda. Resaltó en su participación la importancia de lo que hacen las personas buscadoras para que se les tome en cuenta como defensoras de derechos humanos y creadoras de paz.

Ángela es integrante de la Plataforma por la Paz y la Justicia en Guanajuato, proyecto académico y político de acompañamiento a víctimas en Guanajuato por medio del cual participó en el Congreso. Este último, surgió con el propósito de ser una iniciativa multiactoral que contribuya a la lucha contra las desapariciones forzadas promoviendo la ratificación universal y la aplicación efectiva de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas.

A 20 años de la creación de la Convención, el número de países integrantes creció de 20 a cerca de 80. Esto refleja, asegura la activista, el creciente problema de la desaparición de personas en todo el mundo.

El caso de México merece especial atención –la delegación mexicana en el Congreso fue la más numerosa–, puesto que, aun sin tener un conflicto armado declarado como Siria o el que tuvo Colombia con las FARC, México ha acumulado más personas víctimas de desaparición que estos países, señaló la activista.

“Los colectivos, muchas veces, se sienten poco escuchados en México o se sienten invisibilizados por la misma sociedad, pero, el hecho de haber ido les dio esa respuesta de que, gracias a su organización, posibilitan no solo la recuperación emocional de los afectados, sino que también propician ellos mismos la reparación social del daño. Al organizarse para exigir justicia, están exigiendo la verdad. No solo promueven el derecho a la verdad, sino la reparación y la no repetición”.

Ángela destacó como principal acuerdo del Congreso la creación de una red regional que facilitará la atención de los organismos internacionales a las personas buscadoras; además, se realizarán encuentros más constantes poniendo énfasis en escuchar a las víctimas. Finalmente, la creación del primer Congreso representa per se un logro, manifestó la ExIbero, porque con él se prioriza la atención a la problemática.

 


 

Resistencia creativa

Ángela Aranzazú retomó el proyecto ‘Bordamos memoria’ en el que participó durante su estancia en la Ibero León; taller de bordado a manera de resistencia creativa que busca ayudar a las familias de personas desaparecidas a gestionar su dolor a través del arte.

Realizó una serie de bolsas con bordados relativos a la problemática de la desaparición para obsequiarlas durante el Congreso a personas buscadoras de otros países. Asimismo, durante una manifestación realizada los días del encuentro, la activista desplegó una manta bordada con la frase: “Nuestros desaparecidos están ausentes por definición, pero se hacen presentes en todas partes y por todo el mundo”. 

“A nadie se nos enseñó cómo ser activistas”

La egresada de Relaciones Internacionales de la Ibero León actualmente estudia una maestría en Estudios de Género y Diversidad Sexual en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Recuerda que en una de sus clases compartió con sus compañeras y compañeros que, a las y los activistas nadie les enseña cómo hacerlo; es decir, ellas y ellas crean su propio ímpetu e interés por ayudar a las y los demás.

“Yo siempre voy a estar muy orgullosa de la Ibero (…) Somos hombres y mujeres para los demás; estamos hechos y educados para ayudar (…) En la Ibero León existen las clases del Área de Reflexión Universitaria en donde hablamos del trabajo humanitario, de la solidaridad y donde hacemos este tipo de resistencia creativa. Desde que estaba en la Ibero me invitaban a las marchas, que también son una forma de resistencia (…) Hicieron un gran trabajo conmigo. Claro que me gusta, pero es mi obligación porque siento ese amor por los demás, por ayudar, y no lo sentía antes de entrar a la Ibero”.